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Marta Frigerio (2aI)
Desde el 21 hasta el 26 de febrero fui a Valencia de excursión escolar. Salimos a las 14.45 desde el aeropuerto de Bérgamo y llegamos a las 16.30 al aeropuerto de Valencia, hacía sol y calor.
En España es todo muy diferente con respecto a Italia. Por ejemplo la escuela empieza a las 9.30 mientras en Italia a las 8.00. Nuestra escuela en Valencia se llama Españolè y era muy bonita, bastante pequeña pero con cuatro pisos y una terraza muy grande donde algunas veces tuvimos clase. Mis profesoras se llamaban Begoña y María Luisa, ésta última era la jefa de la escuela. Las clases empezaban a las 9.30 y terminaban a la 13.30, el programa estaba bien organizado, para explicar algo la profesora utilizaba también canciones. Con Españolè yo he aprendido sobre todo nuevas palabras y un poco de historia de España, pero tuvimos que hablar sólo en español y estudiábamos sólo gramática española.
La visita a la ciudad me gustó mucho, hay muchísimos monumentos en Valencia y lo que me gustó más es el “Miguelete” el campanario de la Catedral
Mi familia valenciana era muy hospitalaria y amable. Mi “madre valenciana” se llama Lola y mi “padre” José, ellos tienen dos hijos: Alejandro, 23 años y Adrián 19 años; Lola y José hablaban mucho con Marianna y conmigo, pero Adrián y Alejandro no mucho porque siempre jugaban con su consola o usaban el ordenador. En España se cena más tarde que en Italia, los españoles y sobre todo mi familia valenciana, comen a las 9.30/10.00 de la noche. Lola cocinaba carne, patatas fritas y ensalada con tomates, ¡Estaba todo muy rico! La comida que me gustó más fue la paella y el postre más rico, los churros con chocolate. Las bebidas típicas de Valencia son la “horchata” y el “agua de Valencia” que es alcohólica. Los bares y los restaurantes abrían a las 8.00 de la noche porque en España la vida es por la noche. Es muy difícil adaptarse a las horarios de los españoles pero es también una cosa muy original. La visita a la ciudad me gustó mucho, hay muchísimos monumentos en Valencia y lo que me gustó más es el “Miguelete” el campanario de la Catedral. Visitamos también el Mercado Central y el de Colón, las torres de Serranos, de Quart y la Lonja de la seda, el Palacio del marqués de dos Aguas y la Iglesia de los Santos Juanes. Las personas eran muy amables y simpáticas, la red de transporte era bien organizada y fácil de aprender, pero algunas veces había demasiadas personas en el autobús.
Valencia me gustó mucho y aprendí muchas cosas en español como todos mis compañeros y nos divertimos mucho paseando por las calles y sacando fotos.